Así como todo en la vida tiene un comienzo, incluso, la vida misma; el universo y todo lo que hay en él, también en la vida existe un artífice, un autor, un promotor que todo lo mueve.
Estamos totalmente seguros que la vida del ser humano tuvo un comienzo, pero que así mismo, tuvo un artífice. La Biblia nos enseña en el libro de Génesis que Dios el padre fue el artífice, el creador, el autor de la vida humana y todo el universo, este libro, cuyo nombre proviene de un vocablo griego que significa comienzo, nos narra el comienzo de todo y la obra creadora de Dios el padre.
A partir de el martes 26 de enero, la Republica Dominicana inicia la Celebración del mes de la Patria; en donde conmemora, tanto el nacimiento o comienzo de La Republica Dominicana; así como también recuerda a su artífice humano.
Recordemos que La Republica Dominicana nace primeramente en la mente de algunos hombres, sobre todo en la mente de su artífice, el señor JUAN PABLO DUARTE Y DIEZ. Ahí se concibe la Republica Dominicana y nace posteriormente el 27 de febrero de 1844, (166 años en el 2010). Antes de eso existía primeramente una colonia española y precedentemente una colonia haitiana.
De niño JUAN PABLO DUARTE fue criado y educado bajo enseñanzas religiosas y una buena formación en su hogar. Precisamente, si hoy tenemos una patria propia, aunque con algunos inconvenientes de gubernabilidad, se le debe también a un protagonista subestimado, me refiero al señor JUAN JOSE DUARTE, padre de JUAN PABLO DUARTE. ¿Por qué el padre de JPD?
Este sentimiento y deseo de libertad que motivó a JUAN PABLO DUARTE a embarcarse en un proyecto de independencia, le fue enseñado por su padre, a través de su formación familiar y el ejemplo que enseñó su padre.
Cuando JOSE NUÑEZ DE CACERES proclamó la independencia y su incorporación a la gran Colombia en 1821, JPD tenia apenas casi 9 años de edad; suceso muy efímero que terminó con la ocupación militar por parte del presidente haitiano Jean Pierre Boyer en 1822; en esos momentos, todos los españoles en la isla se plegaron de buen grado a la incorporación del país a la República de Haití, en busca de proteger sus intereses, muy especialmente el comercio español. Sin embargo, el padre de Duarte fue único de los comerciantes españoles de la ciudad que se negó a firmar el escrito de adhesión y optó por involucrarse en conspiraciones separatistas que intentaron gestarse durante los años iniciales de la dominación haitiana, pero que no se materializaron.
Esa actitud y deseo de libertad quedó impregnado en la mente, el corazón y los ideales de JPD al punto que desde el exilio logró cultivar esa pasión emancipadora y luego junto a un grupo de hombres que se unieron y compartieron la misma visión crearon, formaron y consolidaron lo que hoy disfrutamos como LA REPUBLICA DOMINICANA.
Hoy recordamos a JPD como un hombre dedicado, honesto, religioso (aunque abrazó la masonería mientras estuvo en el exilio) con ideales sólidos y fuertes deseos de libertad. Aunque JPD murió en el Exilio, en Caracas, Venezuela, en el 15 de julio de 1876 (a la edad de 63 años), Es bueno recordarlo, sobre todo igualmente que aquellos que han hecho hazañas importantes a favor de las causas humanas. Pero también podemos nosotros recordarlo por sus cualidades, cualidades que todos podemos imitar, con lo cual podríamos ofrecer un robusto servicio a Dios y a la iglesia del Señor.
Nosotros, tal JPD, debemos, no solo tener la libertad, sino también anhelarla, desearla, quererla y vivirla. Hay gente que son libres por el hecho de haber confesado a Cristo y la Biblia dice que son libres; sin embargo, ha quienes si hace un introspección –se examina dentro de si- podrán ver que todavía siguen esclavos de pensamientos y esquemas que no los dejan crecer. Galatas 5:1 dice: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.
Tal es el caso del elefante que desde pequeño esta atado con una cuerda a una pequeña estaca, el cree que no puede zafarse, porque cuando pequeño lo intentó y no pudo; así hay gente que no ha podido zafarse de amarguras porque una vez alguien le hizo o le dijo algo; o por el contrario, no le hizo o no le dijo algo.
No tienes que estar atado a una maldición, a un recuerdo, a un dolor, a un problema, a un vicio, a un temor. Cristo murió para que seas verdaderamente libre (Juan 8:36).
Es necesario desear ser libre y disfrutar por completo la libertad con que Cristo nos ha hecho libres.
Eso implica una cualidad de solidez de carácter; ser solido en una decisión que cambiaria para bien, implica atreverse a cambiar, atreverse a lograr, atreverse a forjar un camino propio. Implica aprovechar el momento para arrebatar, para conquistar, para luchar por lo que nos conviene.
Puede que necesites solidez para terminar una carrera o hacerte profesional. Para decidirte a servirle a Dios y desechar toda relación que dañe tu comunión con Dios.
Puede que necesites solidez para mantener tu familia, tu matrimonio, tu trabajo, tu ministerio; pero sobre todo tu relación con Dios. 1 Corintios 16:13 dice “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”.
Aprovechamos que estamos en víspera del día de Duarte, para agradecer el gesto y desprendimiento con que él y otros hombres valiosos emprendieron este proyecto de nación; pero también para contemplar sus cualidades excepcionales, que lo llevó a ser considerado hoy en día como el padre de la patria dominicana.
MINISTRO HILARIO BALIO
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